La llegada de un nuevo perro, ya sea un cachorro o un adulto adoptado, es un momento emocionante y lleno de expectativas. Pero para que esta nueva etapa comience de forma armoniosa, es fundamental que el entorno esté preparado para recibirlo con seguridad, comodidad y afecto.
Una buena preparación del hogar no solo previene accidentes y problemas de adaptación, sino que también ayuda a tu perro a sentirse seguro desde el primer día. En este artículo, descubrirás todos los pasos necesarios para que tu casa se convierta en el lugar ideal para tu nuevo compañero canino.
1. Define el espacio del perro en casa
Tu perro necesitará un lugar propio donde pueda descansar y sentirse tranquilo.
- Elige una zona de la casa con poco tránsito, alejada del ruido intenso.
- Prepara una cama cómoda y acolchada, acorde al tamaño del perro.
- Evita que tenga acceso desde el primer día a todos los espacios; es mejor ir ampliando gradualmente.
- No lo aísles completamente: debe sentirse parte del núcleo familiar.
Consejo: si es un cachorro, delimita el espacio con rejas o cercas para evitar que explore sin supervisión.
2. Elimina peligros del entorno
Revisa la casa desde el nivel de tu perro y elimina o protege elementos que podrían ser peligrosos:
- Cables eléctricos expuestos.
- Productos de limpieza al alcance.
- Plantas tóxicas (como lirios, filodendros o aloe vera).
- Objetos pequeños que pueda tragar (juguetes, pilas, monedas).
- Balcones, escaleras y ventanas sin protección.
Piensa como si fueras a recibir a un bebé curioso y enérgico.
3. Prepara los accesorios básicos
Antes de que llegue, ten listo todo lo que va a necesitar:
- Comedero y bebedero, preferentemente de acero inoxidable.
- Cama acolchada o manta.
- Correa y collar o arnés adecuados a su tamaño.
- Bolsa de comida de buena calidad.
- Juguetes seguros para morder y entretenerse.
- Tapetes higiénicos o empapadores (si aún no sabe dónde hacer pipí).
- Caja de transporte o kennel si vas a viajar o trasladarlo.
La previsión evitará estrés innecesario los primeros días.
4. Crea una rutina desde el primer día
Los perros se sienten más seguros cuando entienden qué esperar del entorno. Por eso:
- Establece horarios fijos para comida, paseos y descanso.
- Limita los estímulos al inicio: muchas visitas o cambios bruscos pueden abrumarlo.
- Sé constante en las órdenes y en la forma de comunicarte.
- Decide desde el principio lo que estará permitido (subir al sofá, dormir en tu cama, etc.) y mantenlo.
Una buena rutina es clave para una adaptación exitosa.
5. Planifica una bienvenida tranquila
El primer día debe ser lo más relajado posible:
- Evita fiestas o ruidos fuertes.
- Permite que explore con calma, sin forzarlo.
- Habla con voz suave y no lo abraces de forma invasiva si muestra señales de miedo.
- Ofrécele agua fresca y comida en un lugar tranquilo.
Si viene de un refugio o criadero, dale tiempo para adaptarse sin presionarlo.
6. Presentación a otros animales del hogar
Si ya tienes otros perros o mascotas:
- Haz la presentación en un territorio neutral, como una calle tranquila o parque cercano.
- Usa correa en ambos perros y observa su lenguaje corporal.
- Permite que se huelan, pero interviene si notas tensión o agresividad.
- Supervisa los primeros días y no dejes juguetes o comida sin control, para evitar disputas.
La convivencia positiva puede tomar días o semanas. No apresures el proceso.
7. Programa la primera visita al veterinario
Tan pronto como sea posible:
- Realiza un chequeo general de salud.
- Verifica el calendario de vacunas y desparasitación.
- Consulta sobre el mejor tipo de alimento.
- Identifica signos de estrés, sarna, pulgas o problemas digestivos.
- Considera la colocación de microchip y la esterilización si corresponde.
La salud es la base para una buena adaptación.
8. Prevé tiempo para dedicarle atención
Los primeros días son clave para crear lazos afectivos:
- Dedica tiempo a jugar, acariciarlo y hablarle.
- Practica comandos básicos como “ven”, “sentado” o su nombre.
- Sé paciente si hace sus necesidades donde no debe o si llora por la noche.
- Refuerza lo positivo con snacks, caricias y elogios verbales.
Evita dejarlo solo muchas horas al principio. La soledad repentina puede causar ansiedad.
9. Considera entrenar desde el principio
Incluso si tu nuevo perro es adulto, nunca es tarde para enseñar buenos hábitos:
- Usa refuerzo positivo siempre.
- Establece límites claros pero sin castigos.
- Evita gritos o empujones: generan desconfianza.
- Si hay problemas de comportamiento, considera un educador canino.
La educación desde el inicio evita malos hábitos a largo plazo.
10. Disfruta del proceso
Tener un perro es una experiencia transformadora. Aunque los primeros días pueden tener desafíos, también están llenos de ternura, descubrimientos y conexión emocional.
- Celebra cada pequeño avance.
- No te frustres si algo no sale perfecto.
- Disfruta de su compañía, su mirada curiosa, su energía o su calma.
Lo más importante es que tu perro sepa, desde el primer momento, que llegó a un hogar lleno de amor.
Una casa preparada es el primer acto de amor
Preparar tu casa para la llegada de un nuevo perro no es solo una cuestión práctica, sino una demostración de compromiso, responsabilidad y cariño. Es el primer paso para construir una relación sana, feliz y duradera.
Recuerda: tu perro no necesita una casa perfecta, solo un hogar donde se sienta seguro, querido y respetado.